Álvaro Ramírez Velasco
- Piden a su patrona, Santa Inés, que los bendiga con el incremento de la tierra y copiosos frutos
Santa Inés Ahuatempan.- Con las manos llenas de fe y una ofrenda simbólica de lo que les dan sus campos, campesinos de este municipio pidieron a su patrona, Santa Inés, que los bendiga con el incremento de la tierra y copiosos frutos en sus cosechas.
La celebración católica que se lleva a cabo por quinto año consecutivo en esta población, en donde 90 por ciento de la gente se dedica al campo y en la que la migración hacia Estados Unidos es una constante casi ancestral, reunió este domingo a cientos de feligreses en la inspectoría de San Juan Nepomuceno, para la celebración que encabezó el presbítero Tomás Pérez Navarro, quien instituyó la llamada Fiesta de las Espigas.
En la misa para dar gracias por la cosecha que concluye y pedir por la fertilidad de la siguiente es notoria la presencia de ancianos, en este poblado de seis comunidades, rurales todas ellas, pues ellos son más de la tercera parte de la población de poco menos de seis mil habitantes, de acuerdo con el Censo más reciente Los jóvenes, reconoce el alcalde Rolando Artero Mendoza, en su mayoría están en Estados Unidos, en los estados de California, Nueva York y Texas, trabajando en la construcción y en restaurantes, como lavaplatos, intendentes y, en el mejor de los casos, cocineros o cantineros.
Aquí y en esta celebración católica, son los adolescentes quienes auxilian al párroco y comparten la pasión de fe de los mayores, quienes hacen filas por decenas para entregar la ofrenda: porciones de frijol o maíz, lo que más se siembra; algún guajolote, flores, calabazas, cacahuates, todo en pequeñas porciones, algunas adornadas y otras así nomás en bolsitas de plástico.
Todos llegaron a la explanada de esta comunidad en procesión, como cada año desde hace cinco.
Los menos entregan un sobre con dinero, para las actividades de la parroquia, cuyo templo tiene dentro una capilla que data del Siglo XVI.
Aunque hay protestantes y evangélicos en este municipio que queda a unos cien kilómetros de la capital, ya entrado en la Mixteca Alta, la contundente mayoría es católica y su fe se evidencia en esta Fiesta de las Espigas 2014.
Luego de entregar sus ofrendas y recibir la bendición del sacerdote, a los feligreses se les entrega una foto de patrona del pueblo con la oración detrás: “Oh Dios, por cuya sabiduría los mares se evaporan, y las nubes derraman el rocío; te doy gracias y alabanzas por la llegada de la cosecha, por el incremento de la tierra y el recogimiento de sus frutos, y por todas las otras bendiciones el trabajo. Por este gran favor, te suplico que continúes tu bendición para mi familia, a fin de que nuestros campos y actividades, sigan produciendo copiosos frutos, para gloria tuya y provecho nuestro…”
Alrededor de la fiesta religiosa, hay puestos de comida, de caña en trozos, de helados, de cerveza y de frituras. Con las manos llenas de fe, se pide hoy por la cosecha de mañana, en esta tierra que es árida, de orografía dura, de piedra, de esperanza en que la tierra será fértil.
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